Comentario sobre “Es que somos muy pobres” de Juan Rulfo

Comentario sobre “Es que somos muy pobres” de Juan Rulfo

Es que somos muy pobres es uno de los relatos más emblemáticos de El llano en llamas (1953), la obra maestra del escritor mexicano Juan Rulfo. A través de este relato, Rulfo aborda de manera profunda y conmovedora temas como la pobreza, la fatalidad y la desesperanza en el contexto rural mexicano, además de mostrar la dura realidad de los habitantes del campo, quienes viven atrapados por un destino marcado por la miseria y la falta de oportunidades. En este comentario de texto, se explorarán los aspectos clave de la narrativa de Rulfo, tales como el ambiente, los personajes, los temas que toca y las técnicas literarias que utiliza para transmitir su mensaje.

El relato está ambientado en un pequeño poblado rural, donde la vida de los personajes está marcada por la pobreza extrema. El narrador, que es un joven campesino, nos cuenta la tragedia que vive su familia, particularmente el sufrimiento de su hermana, quien ve truncado su futuro debido a la pérdida de su vaca, un símbolo de esperanza y de posible prosperidad en su vida. La vaca es un bien muy valioso para la familia campesina, y su muerte representa un golpe devastador para la ya precaria situación económica de los personajes. Esta tragedia se convierte en el centro del relato, y a través de la perspectiva del joven narrador, Rulfo logra transmitir la angustia existencial y la sensación de abandono de la población rural mexicana.

Uno de los temas principales de Es que somos muy pobres es la pobreza, no solo como una condición material, sino también como un destino inexorable que parece estar más allá del control de los personajes. La frase del título, "Es que somos muy pobres", encierra la fatalidad que se experimenta en este entorno: no se trata solo de una falta de dinero o de recursos, sino de una carencia estructural que afecta a la vida de las personas de manera integral. La pobreza no solo es económica, sino también social y psicológica, pues está vinculada con una visión de la vida en la que las posibilidades de cambio o de escape son prácticamente nulas.

Rulfo utiliza la muerte de la vaca, un ser querido que representa la esperanza para la familia, como una metáfora de la imposibilidad de cambiar el destino. La vaca es vista como una inversión, una especie de futuro mejor que nunca llega. La familia está condenada a una vida de sufrimiento y privaciones, en un ciclo interminable de pobreza, y el narrador no muestra esperanza de que haya salida para ellos. Este sentimiento de fatalidad está presente a lo largo de la obra, y la muerte de la vaca es el símbolo más claro de esa fatalidad que impregna la vida de los personajes.

El ambiente rural es un componente fundamental en el relato, pues no solo sirve como telón de fondo, sino que también se convierte en un reflejo de los estados emocionales de los personajes. El llano, con su vastedad árida y desolada, parece representar la soledad y la incomunicación de los habitantes del campo. La naturaleza, que en muchas obras literarias suele ser un lugar de belleza o de crecimiento, en Es que somos muy pobres se presenta como un espacio inhóspito, en el que las personas parecen estar atrapadas en su lucha diaria por sobrevivir.

Rulfo utiliza un lenguaje sombrío y una atmósfera cargada de desesperanza para describir el entorno. El llano y el paisaje que lo rodea se convierten en una extensión de la pobreza y la opresión que viven los personajes. El contraste entre la grandeza del paisaje y la miseria humana es una de las herramientas que Rulfo emplea para intensificar la sensación de abandono y la falta de futuro de sus personajes.

El narrador en Es que somos muy pobres es un joven que observa con dolor la situación de su hermana, quien se ve devastada por la muerte de la vaca. A través de su mirada, se nos revela el sufrimiento de la familia, pero también se nos ofrece una reflexión sobre la pobreza y la vida en el campo. El narrador es consciente de que la situación es irreversible, pero su incapacidad para cambiarla solo subraya el carácter trágico de la obra.

El personaje de la hermana, que es el centro de la tragedia, representa la juventud y la esperanza que se ve desmoronada por la adversidad. Su sufrimiento no solo se debe a la pérdida material de la vaca, sino también a la pérdida de su futuro, pues la vaca era su única oportunidad para escapar de la pobreza. La relación entre los personajes es distante, pero al mismo tiempo profunda, pues el narrador muestra una empatía dolorosa hacia el sufrimiento de su hermana, aunque no tiene el poder para aliviarlo.

A través de esta historia, Rulfo ofrece una crítica a la estructura social y económica de México, donde la pobreza es una constante que limita las oportunidades y condena a la gente a una vida de sufrimiento. En este contexto, la figura de la vaca se convierte en un símbolo de las aspiraciones truncas de los campesinos, que ven en ella una vía para mejorar su situación, pero se encuentran con la fatalidad de la muerte y el olvido. La obra denuncia la injusticia social y la desigualdad, pero lo hace de una manera sutil y evocadora, evitando la moralización explícita y dejando que el lector perciba la crudeza de la realidad a través de las imágenes y los sentimientos de los personajes.

El tono de Es que somos muy pobres es sombrío, casi existencial. No hay resquicio de esperanza en la obra, y la situación de los personajes parece inmutable. La novela se convierte en una reflexión sobre la injusticia y la opresión que sufren los campesinos, pero también en una meditación sobre la vida y la muerte, sobre el destino que se impone sobre aquellos que nacen en un entorno desfavorecido.

Es que somos muy pobres es una obra que encapsula los temas fundamentales de la literatura de Juan Rulfo: la pobreza, la fatalidad y la desesperanza. A través de su estilo sobrio y directo, Rulfo consigue transmitir la angustia y el dolor de sus personajes, atrapados en una realidad implacable. El relato es una crítica a la estructura social de México y una reflexión sobre la vida de los campesinos, cuyas esperanzas se ven continuamente truncadas por la fatalidad. A través de este relato, Rulfo logra capturar la esencia de la vida rural mexicana, caracterizada por la lucha constante contra la pobreza y la sensación de que el destino está predestinado y más allá del control humano.