Ensayo sobre “La libertad como herejía” de Leonardo Padura

Ensayo sobre “La libertad como herejía” de Leonardo Padura

En su conferencia «La libertad como herejía», Leonardo Padura (2023) plantea una defensa apasionada de la literatura como acto de resistencia, de testimonio y de libertad. Desde su posición como escritor cubano que ha vivido dentro de los límites ideológicos de un sistema político restrictivo, Padura (2023) redefine la escritura no como un privilegio, sino como un riesgo: escribir es, para él, ejercer un derecho que puede ser interpretado como provocación o incluso traición. En este sentido, el acto literario se convierte en una forma de herejía ética, una transgresión que busca no destruir, sino pensar con libertad.

Padura asume que la literatura no puede ni debe estar sometida al dogma, a la censura ni al dictado de ninguna ideología. Para él, el escritor tiene una misión esencial: observar, narrar y confrontar la realidad, incluso cuando esta resulta incómoda. En un mundo cada vez más polarizado, donde la opinión puede volverse consigna y la crítica puede ser criminalizada, su postura resalta el carácter disidente y profundamente humano del arte literario. La libertad, en esta visión, no es una consigna vacía, sino una praxis constante y peligrosa.

Desde esta perspectiva, la reflexión se enriquece con la lectura de Roland Barthes, quien en El placer del texto (1973) y Mitologías (1970) sostiene que el lenguaje es siempre político, que el texto puede operar como mito, es decir, como forma de naturalización del poder. Para Barthes (1973), el escritor verdaderamente libre es aquel que fractura el lenguaje dominante, que interrumpe las narrativas que el poder ha revestido de ‘sentido común’. En esta línea, Padura (2023) encarna al escritor que, como hereje, desarma el discurso oficial desde el gesto literario, no para imponer una verdad, sino para permitir que surjan las grietas, las fisuras, los matices.

Por otro lado, Butler (2016) nos ofrece una clave fundamental para entender la escritura como performatividad. En su teoría, los sujetos no son entidades previas al lenguaje, sino efectos del discurso: nos constituimos a través de los actos que realizamos, especialmente los que desafían las normas. Así, el escritor —y más aún el escritor crítico— es un sujeto que se autoconstituye en la disidencia, que se convierte en agente ético al desafiar los marcos normativos. En el caso de Padura (2023), su acto de escribir desde Cuba, sin adscribirse completamente al poder ni al exilio, lo sitúa en un umbral donde la libertad no es una identidad, sino una práctica constante de interpelación.

Desde la psicología profunda de Jung (2008), la herejía puede leerse como una confrontación con la sombra colectiva: aquello que una cultura niega, reprime o proyecta como amenaza. El escritor que se atreve a mostrar lo que la sociedad calla cumple una función simbólica fundamental: la de mediar entre lo consciente y lo inconsciente cultural. En este sentido, Padura (2023) no es solo un narrador, es un trabajador del símbolo. Sus novelas no se limitan a mostrar lo evidente, sino que articulan imágenes, figuras y escenarios donde lo reprimido puede encontrar forma y sentido. Jung (2008) sostiene que el proceso de individuación —el camino hacia una conciencia más plena— requiere integrar la sombra, no negarla. Lo mismo puede decirse de una cultura: una sociedad libre es aquella que no necesita perseguir a sus herejes, porque ha aprendido a confrontar su propia oscuridad. La literatura de Padura (2023), al dar voz a personajes ambivalentes, desencantados o marginados, opera como símbolo vivo de esta integración. La herejía, entonces, deja de ser una amenaza para convertirse en una oportunidad de conciencia.

La conferencia de Leonardo Padura (2023) y su obra literaria constituyen una defensa lúcida y valiente de la literatura como espacio de libertad crítica. En tiempos donde el lenguaje es colonizado por la propaganda, donde la identidad se clausura en esencialismos y donde la verdad es reducida a consigna, la literatura —como la que defiende y ejerce Padura (2023)— se vuelve más necesaria que nunca. La libertad como herejía es, en última instancia, la libertad como verdad simbólica, como ética de la palabra, como posibilidad de ser y de pensar más allá de lo permitido. La literatura, entonces, no redime al mundo, pero lo ilumina: lo vuelve más habitable, más complejo, más humano.

 

Referencias:

Barthes, R. (1970). Mitologías (R. Utrera, Trad.). Siglo XXI Editores.

Barthes, R. (1973). El placer del texto (J. Cortés, Trad.). Ediciones Seix Barral.

Butler, J. (2016). Cuerpos que importan: Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo” (R. Monforte, Trad.). Paidós.

Jung, C. G. (2008). Símbolos de transformación (J. Godoy, Trad.). Paidós.

Padura, L. (2023). La libertad como herejía [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=03BLve0NpT0