La Controversia de Valladolid: debate, ideología e intereses en torno a la humanidad del indígena

La Controversia de Valladolid: debate, ideología e intereses en torno a la humanidad del indígena
Fuente: https://biocultura.prorural.org.bo/blog/interculturalidad-la-disputa-de-valladolid-parte13/

La Controversia de Valladolid (1550–1551) fue el primer gran debate moral, jurídico y teológico europeo sobre los derechos de los pueblos originarios de América. Se desarrolló en el Colegio de San Gregorio de Valladolid, España, por orden del emperador Carlos V, quien suspendió temporalmente las conquistas en el Nuevo Mundo para dilucidar si era legítima la guerra de conquista contra los indígenas y si estos poseían razón y alma. La controversia marcó un punto clave en la historia de la filosofía política, el derecho internacional y la teología colonial, pues puso en cuestión la legitimidad de la expansión imperial española desde criterios de justicia y humanidad.

Los protagonistas de la Controversia de Valladolid y sus doctrinas, son las siguientes: Bartolomé de las Casas, de teología humanista y defensa de los pueblos originarios. Antiguo encomendero convertido en defensor de los indígenas, basó su posición en una visión teológica radical para la época: todos los hombres son iguales ante Dios, poseen alma y capacidad de razón, y merecen ser evangelizados por medios pacíficos. Su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias no es sólo una denuncia: es un manifiesto humanista-cristiano que pone en evidencia las contradicciones del imperialismo católico. Las Casas adoptó un tono profético, próximo al de los profetas bíblicos, para condenar la violencia. Argumentaba que los pueblos originarios poseían culturas avanzadas, con estructuras sociales complejas, leyes propias, cosmovisiones teológicas e incluso virtudes morales comparables con las europeas. De esta forma, desarmaba la premisa de inferioridad que sostenía la ideología de la conquista.

Por otro lado, Juan Ginés de Sepúlveda, de aristotelismo político y justificación del dominio. Defendía una visión jerárquica del mundo humano, basada en Aristóteles. En su obra Demócrates segundo, argumentaba que algunos pueblos eran "esclavos por naturaleza", y que era legítimo someterlos por medio de la guerra para introducirlos en la "civilización" y la "verdadera fe". Su lectura de Aristóteles, sin embargo, ha sido criticada por aplicar categorías de la filosofía griega a contextos completamente distintos, como la cosmovisión mesoamericana. Sepúlveda representaba los intereses de los colonos y del aparato político-administrativo imperial, que necesitaban justificar la violencia como instrumento legítimo de evangelización. Su postura naturalizaba el poder colonial como un ejercicio paternalista: se trataba de “corregir” a los bárbaros para integrarlos en el orden cristiano.

Los ejes del debate fueron la racionalidad y humanidad del indígena. Las Casas: el indígena posee alma y razón; sus culturas son avanzadas; deben ser evangelizados con amor y paciencia. Sepúlveda: el indígena es bárbaro, idólatra y violento; la guerra es lícita para someterlo y salvar su alma. Otro eje fue la legitimidad de la conquista, donde Las Casas defendió que ninguna conquista es justa sin consentimiento; el evangelio no puede imponerse por la fuerza. Y Sepúlveda: la conquista es un deber civilizatorio y una cruzada espiritual. Otro eje, fue el método de evangelización, en el que argumentó Las Casas: predicación y ejemplo moral. Sepúlveda: guerra, castigo y sometimiento, si es necesario.

El debate no tuvo un vencedor oficial claro. No se emitió un veredicto público definitivo, aunque el hecho de que la obra de Sepúlveda no fuera oficialmente publicada por decisión del Consejo de Indias sugiere una inclinación parcial a favor de Las Casas. Sin embargo, en la práctica, la violencia continuó en los territorios colonizados, y la “tutela” sobre los indígenas persistió bajo otras formas, como el sistema de reducciones y las castas coloniales.

No obstante, la Controversia de Valladolid sentó precedentes jurídicos y éticos importantes. Por ejemplo: Fue uno de los primeros debates sobre derechos humanos universales. Contribuyó al desarrollo del derecho internacional moderno, particularmente en las obras de Francisco de Vitoria y la Escuela de Salamanca. Introdujo tensiones dentro de la misma teología católica sobre el uso de la fuerza en la evangelización.

La Controversia de Valladolid fue un episodio crucial en la historia del pensamiento occidental. No sólo abordó cuestiones teológicas y políticas, sino que puso en tela de juicio la estructura misma del imperialismo moderno y su legitimación religiosa y filosófica. Aunque el debate no detuvo la expansión colonial, sí generó una corriente crítica que resonaría siglos después en las luchas por los derechos indígenas, en los procesos de descolonización y en los estudios poscoloniales contemporáneos. La figura de Las Casas ha sido recuperada como precursor de los derechos humanos; la de Sepúlveda, como ejemplo de cómo el saber puede ser puesto al servicio del dominio. Estudiarla hoy nos obliga a revisar críticamente los fundamentos de nuestro pensamiento político, jurídico y humanista, reconociendo que la historia de los derechos humanos nace también desde la exclusión y la negación del otro.